En un regreso a los
orígenes, el rallye dará el banderazo de salida al Mundial, como mandan los
cánones, desde la Plaza del Casino de Mónaco, que volverá a presidir con su
majestuosa fachada de líneas imperiales la mítica ceremonia inaugural del
Monte-Carlo.
Eso será el martes 14
de enero. Inmediatamente después de descender la rampa de salida bajo los focos
y las luces multicolor del casino, los vehículos se trasladarán ya hacia Gap
para disputar a la mañana siguiente el shakedown, que tendrá lugar sobre un
tramo de 3 kilómetros y medios trazados en Chateauvieux.
El jueves llegará la
hora de la verdad, arrancando el rallye con una etapa compuesta por dos pasadas
a tres especiales que se recuperan para la próxima edición: Orpierre- Saint
André de Rosans (25,53 km), Rosans-Sainte Marie-La Charce (18 km) y Montauban
sur l'Ouvèze-Col du Perty-Laborel (19,37 km).
Al día siguiente se
disputarán por la mañana dos especiales rescatadas, asimismo, de los libros de
Historia: Vitrolles-Col D'Espreaux-Faye (49,25 km; la más larga de todo el
rallye, que se recorrerá dos veces) y Selonnet-Col des Garcinets-Bréziers
(22,75 km). El itinerario de esa jornada se completará por la tarde con el
mítico Sisteron (36,70 km) desempolvado
ya para la edición de este año y otro tramo recuperado de otros
años, Digne-Col de Corobin-Chaudon Norante (19,60), que se celebrará ya de
noche.
Una vez completado el
tour por los Altos Alpes y las carreteras del Drôme, la caravana del rallye se
desplazará esa misma noche hasta el puerto de Mónaco, donde se levantarán de
nuevo todos los tenderetes de cara a la última etapa, que constará, como manda
la tradición, de dos acometidas al Turini (23,61 km), y se coronará con otra
doble pasada a un tramo inédito, Sospel-Col de Brouis-Breil sur Roya
(16,69 km), que se encargará de dar el colofón en la madrugada del sábado al domingo
a la 82ª edición de un Monte-Carlo que se presenta como un homenaje a la
francesa al nuevo jefe del Mundial.